Existía una fuente situada en el hondo de un valle ubicado en la cercanía de Olmedillo de Roa (Burgos), donde los nogales y almendros dan las notas especiadas y las zarzamoras y cerezos las notas afrutadas. Quizás los antepasados de la zona sabían que esa zona era singular, que su terreno y clima daban algo peculiar. Por eso, allí plantaron las cepas que hoy sirven para hacer Pago de Fuentecojo.
Con una crianza en barricas de roble americano y francés durante 14 meses, reposa durante 6 meses más para alcanzar la redondez. Elegante, estructurado y potente.